SANIDAD ESPAÑOLA EN ZONA DE CONFLICTO

La coronel medica Ana Betegón ha contado como es un hospital en conflicto bélico.

#Huesca (#sociedad).- El desayuno de Amephu/BPWAragón (Asociación de mujeres empresarias de Huesca) que se ha celebrado esta mañana en el hotel Sancho Abarca de capital altoaragonesa ha tenido como protagonista a la coronel médica Ana Betegón, actual directora del Hospital General de la Defensa de Zaragoza, quien ha explicado como era su trabajo diario en Afganistán, en las misiones que ha realizado en un país donde el conflicto está muy presente. La coronel ha mostrado mediante fotografías como era el campamento en el que vivían y ha transmitido la pasión por su trabajo.

Durante su intervención, ha explicado situaciones que se vivían casi a diario como la seguridad necesaria en vehículos de transportes -ambulancias y helicópteros-o cuando un enfermo era dejado en las puertas de la base. “Lo traían en vehículo y el vehículo se iba y dejaban al paciente en el suelo. Primero salían los perros para detectar que no hubiera ningún artefacto ni en el individuo ni en la camilla y a continuación había que ir a buscarle debidamente vestido por si sufríamos un ataque. En una ocasión intentaron introducir explosivo en la camilla y lo primero siempre es nuestra propia seguridad”, explicaba la coronel, quien ha recalcado que el orden en cuanto a intervenciones era tropa española, tropa de la ONU, tropa afgana, ayuda humanitaria y por último los talibanes.

Dentro del hospital tenían lo imprescindible para el tipo de enfermedades que se iban a encontrar en tierra hostil, heridas de guerra. Así contaban con un triaje con cinco camas, dos quirófanos -lo que convertía al hospital español en uno de alto nivel denominado ROLE 2E- y los últimos sistemas en tecnología como la tele cirugía con el hospital Gomez Ulla de Madrid. “A un campo de batalla no se pueden llevar profesionales de todas las especialidades por lo que muchas intervenciones quirúrgicas se hacían con telemedicina. Este sistema debería implantarse en todos los pueblos para que tengan los mismos servicios que en ciudades grandes”.

El resto del hospital lo componían la farmacia a la que llevan productos una vez al mes, un tac con el que descubrir problemas a los que la radiografía no llegaba, un pequeño laboratorio, un banco de sangre que llegaba de España, quemadoras para deshacerse de cadáveres y el servicio de veterinarios. “Los veterinarios son fundamentales porque cuidan de los perros quienes nos cuidan de las bombas, investigan sobre los alimentos que comemos y evitan plagas tan habituales en estos paises”.

Ana Betegón ha mostrado una realidad muchas veces desconocida en la que España cuenta con profesionales más que cualificados y material de última generación para que quienes estén en países conflictivos en misiones de ayuda humanitaria cuenten con los mejores medios necesarios posibles.

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Autor entrada: Patricia Arizon Bails