OLEADAS DE APOYO Y CARIÑO PARA AFRONTAR UNA TRAGEDIA


Las redes sociales se han volcado con los padres y familiares del pequeño Gabriel Cruz. Una tragedia que ha conmocionado a todo el país y de la que hemos hablado con la psicóloga Belén Bernad para saber como afrontar este tipo de situaciones.


#Huesca (#actualidad).- Desde que la búsqueda del niño Gabriel Cruz comenzara con la difusión de su imagen en redes sociales, todo el país se ha volcado primero en su búsqueda y posteriormente en apoyo a su familia. El tratarse de un niño de corta edad al que se le perdió el rastro haciendo una actividad tan cotidiana como ir a casa de unos primos a apenas 100 metros en un pueblo de pocos habitantes hizo que muchas personas vieran en él a sus propios hijos, nietos o sobrinos. Así nos lo explica la psicóloga Belén Bernad. “Todas las personas se podían identificar con lo que estaban sufriendo los padres del niño. Fue un hecho que ocurría en España, por lo que está el factor cercanía, y en un acto cotidiano. El miedo a que eso pueda ocurrir hace que brote en las personas una mayor sensibilidad. Además, el papel de las redes sociales en nuestros tiempos hace que las personas puedan expresarse y la conmoción ha sido mayor”.


Han sido precisamente las redes sociales donde la mayoría de personas han querido mostrar su fuerza y cariño a los padres del niño, primero durante su búsqueda, y después al conocer el trágico desenlace. Un apoyo que se ha convertido en masivo en la ciudad de Almería donde todos se han volcado tanto en la capilla ardiente como en el funeral. Un apoyo muy positivo para los padres. “El que se haya volcado tanta gente con ellos y con su dolor les da más fuerza. Hay casos en los que canalizar su dolor para una utilidad en el futuro, les ayuda a reconducir sus vidas. La madre de Gabriel, que es quien más se ha expresado en medios de comunicación, necesita hablar de su hijo en positivo, su recuerdo le reconforta y le hace fuerte. Y su propio carácter y el legado de su hijo, le ayuda a no quedarse con el odio, la rabia y la frustración”, explica Bernad.
Aunque el caso del pequeño Gabriel ha tenido una gran repercusión social, son muchos los niños que fallecen por diversas causas y sus padres y familiares tienen que sufrir un duelo inevitable ante cualquier pérdida y más al tratarse de una persona de corta edad. Lo primero que deben saber estas personas es que los profesionales de la psicología están para ayudarles en los momentos más complicados. Sus conocimientos pueden ofrecerles las pautas para que el dolor sea más llevadero. “En esto casos, les explico que cada persona es diferente y cada situación también. El dolor es como una ola que igual que llega en algunos momentos y te ahoga después va bajando y te deja respirar un poco más, pero que vuelve a llegar como oleadas. Hay que dejar que llegue y llorar, gritar y sacar el sufrimiento como cada uno necesite, poco a poco la intensidad irá bajando, pero el dolor no puede ser pequeño porque el vacío es enorme”.
Como nos explica Belén Bernad cada persona afronta estas situaciones de un modo. Hay quienes necesitan hablar y quienes no son capaces de ello, quienes no soportan ver objetivos personales de la persona que ya no está y quienes dejan la habitación intacta tal como la dejó. Sea cual sea la reacción de cada persona, la psicóloga resalta que al llevar el sufrimiento acompañado, en el caso de un menor generalmente entre sus padres, el apoyo que se dan entre sí es fundamental para salir adelante. “Hay personas que ven como todos se hunden y ellas se mantienen en pie, es como si alguien tuviese que mantenerse cuerdo por los demás, intentando gestionar la situación de todas las pequeñas decisiones sobre temas como el funeral, que en ese momento se convierten en decisiones gigantescas porque no se puede pensar. Esas personas que aparentemente mantienen una actitud más serena, al cabo del tiempo necesitan también sacar el dolor para poder procesarlo, y en ese sentido es muy bonito cuando veo como las familias hacen un piña y cuando uno baja el otro sube para poderle ayudar, esto no sólo ayuda a quien necesita la fortaleza en ese momento para descansar y sacar el dolor, sino que al intentar sobreponerse en algunos momentos al dolor y ser útil permaneciendo al lado de la persona que lo necesita, consigue gestionar su dolor y esto le ayuda a procesarlo poco a poco con más serenidad”.

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Autor entrada: Patricia Arizon Bails