ÁNCHEL CORTÉS: UN SUPERVIVIENTE DE LA COVID

anchel cortes

Con apenas 55 años y sin patologías previas este periodista zaragozano pasó 46 días en la UCI del Miguel Servet

#Zaragoza (#salud).- “Si alguna vez te preguntan que si los Ángeles existen, diles que sí, que suelen llevar una bata con el logotipo del Salud y algunos de ellos un fonendoscopio colgando de su cuello”. Esta afirmación es de uno de los miles de españoles que han malvivido con el virus en su interior. Su autor es Ánchel Cortés quien nos ha contado como ha sido su experiencia desde que en marzo le diagnosticaron haber sido contagiado por el coronavirus, con 55 años y sin ninguna patología previa. “Saber donde cogí el ‘bicho’ es una incógnita. Pudo ser en cualquier sitio, en la calle , una cafetería, una sala de música en vivo, La Romareda. Soy periodista y tenía por aquel entonces un continuo trasiego de diferentes ambientes. Pero pronto detectaron una fuerte neumonia que supuso mi inmediato ingreso en la UCI del Miguel Servet”, explica a noticiasenlacontienda.

Tal y como Ánchel indica por aquel lejano mes de marzo aun estábamos “en pañales” respecto a la pandemia y aunque su inquietud como periodista le hizo tener curiosidad por el nuevo coronavirus desde el inicio, tuvo la esperanza de que las imágenes que llegaban de China o Italia no se repitieran en Aragón. De la velocidad a la que crecieron los contagios y fallecidos no fue consciente ya que estuvo en la UCI 46 días donde sin saberlo y sin desearlo se convirtió en un protagonista anónimo de lo que ya era una pandemia mundial. “De la primera etapa tengo vagos recuerdos. Buena parte del tiempo estuve entubado y con respiración asistida, teniendo incluso que hacerme al tiempo un agujero en la tráquea para respirar por mi mismo y tuve que hacer terapia para intentar recuperar el habla, algo que me tenía especialmente preocupado por mi oficio de comunicador. Lo que si que quiero recalcar es el trato excelente por parte de los profesionales sanitarios, tanto de los cuidados intensivos como del resto de mi hospitalización, primero 15 días en la planta de neumología y luego otros 26 que tuve que volver entre medicina interna y nefrología al detectárseme anemia y problemas del riñón cuando apenas llevaba 13 días en casa”.

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La vida postcovid no es fácil pero Ánchel sabe que es un afortunado y que no todos los pacientes han tenido esa misma suerte. Ahora le toca seguir la pauta indicada por una nueva unidad de rehabilitación cardio-respiratoria creada ex profeso para enfermos post-covid que como él pasaron mucho tiempo en UCI. Por ahora todavía siente una permanente sensación de cansancio y se encuentra debilitado, en gran medida por la pérdida de peso- perdió 20 kilos- y aunque necesitó muchos ejercicios de fisioterapia gracias a ello y su esfuerzo personal ahora puede dar algún pequeño paseo. “A fecha de hoy incluso nos atrevemos a dar pequeños paseos nocturnos con protección de máscara y de pantalla, intentando evitar en la medida de lo posible el contacto con quienes han dado positivo en los Pcr pero no tienen síntomas, es decir son positivos asintomáticos, los más peligrosos”.

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Echando la vista atrás, Ánchel se queda en el lado negativo con la enfermedad sufrida, la poca o nula conciencia de buena parte de la sociedad y el miedo al contagio pero a esto le gana lo positivo donde cabe destacar su fortaleza, el buen hacer de los profesionales de salud, todos los mensajes de familiares y amigos llegados de los cinco continentes y, por encima de todo, el motor de su vida: su mujer María Ascensión y su hija Isabella. “Sin duda ‘mis dos Rubias’ han sido un ejemplo de valentía y no sólo mi principal apoyo si no un factor fundamental para el proceso de mejora en mi salud. Por desgracia ambas también cayeron enfermas, pero en menor medida que yo, aunque mi esposa sí requirió ser ingresada durante dos semanas. Han demostrado ser dos auténticas campeonas, siendo mi esposa la que ha mantenido informados de mi evolución a todas las personas interesadas en diferentes redes sociales, creando el el slogan #MuchoporVivir”.

El de Ánchel no es, por desgracia, un caso aislado. Se cuentan por miles las personas que han sufrido lo mismo que él y todo parece indicar que serán muchas las que tendrán que pasar por situaciones similares en los próximos meses. Para intentar evitarlo: mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social.

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Autor entrada: Patricia Arizon Bails