Durante más de tres siglos este monasterio pudo albergar al Santo Grial
#Jaca (#Huesca)(#Turismo).- El viejo monasterio de San Juan de la Peña deslumbra por sí solo. Su ubicación y conservación, con el claustro a la cabeza, le convierte en un edificio que a nadie deja indiferente. Bonito por dentro pero espectacular desde fuera, es una visita más que obligada por historia, por cultura, por naturaleza…
Incrustado bajo una enorme roca, la vieja fortificación ha superado batallas, incendios y adversa climatología, pero los restos de lo que en su día fue un convento ha podido con todo lo que durante más diez siglos se ha encontrado en su camino. Y allí sigue, recibiendo a miles de visitantes que se arrepienten de la elección al sufrir las curvas interminables necesarias para llegar al destino, pero que saben haber acertado una vez contemplan de cerca esta joya cuyos estilos van del prerománico hasta el gótico tardío. En su interior se puede ver la iglesia prerrománica de la parte baja, el panteón de nobles, el panteón real neoclásico donde dicen que están enterrados muchos de los reyes de Aragón y la capilla de San Victorian, esta último ya de estilo gótico tardío. Pero sin duda es el claustro románico bajo la peña de roca, de ahí el nombre de San Juan de la Peña, con los capiteles de sus columnas lo que convierten al viejo monasterio en una de las joyas de la corona.
Y si la arquitectura y el paisaje no es suficiente para admirar este monasterio sus historias y leyendas lo hacen aún más impresionante. Se le considera la cuna del origen del reino de Aragón y se dice que allí en el año 1071 se introdujo por primera vez en la península ibérica el rito litúrgico romano seguido en toda la iglesia de Occidente, lo que suponía el acomodamiento definitivo de la iglesia aragonesa a las pautas marcadas por el Pontificado. Pero es la historia del Santo Grial, en el que supuestamente bebieron en la Ultima Cena de Jesús, lo que da un valor añadido a San Juan de la Peña. Se cuenta que para proteger el cáliz, el Papa Sixto II confío su custodia a San Lorenzo y este lo trajo hasta Huesca. De Loreto, pasando por San Pedro El Viejo, Yebra de Basa, San Pedro de Siresa o la catedral de Jaca, llegó hasta el viejo Monasterio donde estuvo para ser trasladado más tarde a La Aljafería de Zaragoza y posteriormente a la Catedral de Valencia donde todavía reside en estos momentos. Sea verdad o sea leyenda, su réplica se encuentra en la iglesia del viejo monasterio y los turistas no pierden la oportunidad de fotografiarse con ella.
Centros de interpretación
Aunque el mayor reclamo turístico es lo que se conoce como real Monasterio, en la actualidad la visita se completa con dos centros de interpretación que se han creado recientemente en la pradera donde en 1675 los monjes trasladaron su vivienda ya que un incendio hizo imposible continuar en el antiguo. Con el paso de los siglos este monasterio estuvo muy deteriorado y a mediados del siglo XX el Gobierno de Aragón invirtió para su reconstrucción y crear así dos centros de interpretación que ayudan al turista a conocer más sobre los orígenes del reino de Aragón. El turista deberá acudir hasta esta pradera para aparcar el coche y posteriormente será trasladado en autobús hasta el real Monasterio por lo que adentrase en estos dos centros de interpretación es la mejor opción para completar la visita.
El centro de interpretación del Reino de Aragón consiste en grandes pantallas móviles donde se disfruta de un espectacular audiovisual que narra las claves del origen del Reino y Corona de Aragón con una sorprendente puesta en escena, mientras el centro de interpretación del Monasterio Nuevo muestra como fue la construcción de este edificio y su posterior uso ya que el turista ve bajo un suelo acristalado las diferentes dependencias del monasterios con monjes a tamaño real. Dos centros de interpretación en los que se utilizan técnicas muy modernas y originales para adentrarnos en el pasado.
