FÚTBOL SALA FEMENINO: UN DEPORTE EN PROCESO DE MEJORA

LAURA GARCIA AJFSF

No hay trabajos de hombres ni de mujeres. No hay aficiones de mujeres ni de hombres. Hay trabajos y hay aficiones o, al menos, así debería ser…

Laura García es jugadora de fútbol sala en el Majadahonda y secretaria de la Asociación de jugadoras de fútbol sala femenino (AJFSF) y desde noticiasenlacontienda hemos hablado con ella sobre la situación de su deporte ya que no solo nos puede dar una visión personal sino también más global por el puesto que ocupa en la Asociación.

El primer detalle que llama la atención es que hace menos de un década esta asociación no existía como tal sino que estaba englobada junto a la masculina y solo 65 jugadoras estaban inscritas. Con el paso del tiempo y el trabajo realizado se ha conseguido unas cifras récord: 347 socias. “Actualmente hemos evolucionado mucho gracias al trabajo de todas, quienes estamos día a día y las socias. El objetivo es defender los derechos de la jugadora de primera y segunda división y promocionar y mejorar en todo lo posible nuestro deporte. Además buscamos siempre mejorar las condiciones de la jugadora con becas, ofertas de trabajo y descuentos en cursos de formación. A su vez estamos asociadas a la EU ATHLETES (Federación Europea de Asociaciones de deportistas) que también ayuda a que la Asociación se forme en diferentes proyectos europeos de nuestro interés y podamos transmitirlo a las socias”, explica Laura quien presentó su CV cuando salió una oferta de trabajo de monitora para la escuela deportiva y tras trabajar con ellos le ofrecieron la función de secretaria cuando todavía estaba unida a la masculina.

LAURA GARCIA AJFSF

La pasión de Laura por el fútbol sala viene de lejos, aunque reconoce que nadie en su familia estaba vinculada con el deporte y aunque ha tenido que escuchar comentarios desagradables siempre les ha dado poca importancia. “Supongo que cuando nos llamaban marimacho era por envidia de ser buenas o mejores que ellos con el balón”. Durante su trayectoria ha sufrido el contar con pocas compañeras y equipos para poder jugar y eso siempre ha dificultado todo. “Cuando yo era niña no existían muchos equipos femeninos y te tenías que adaptar un poco a lo que había: jugar con chicos, jugar con 6 chicas de diferentes edades y la categoría correspondiente a la más mayor, ir a un equipo bastante alejado de tu casa para poder entrenar o algún año quedarme sin jugar”.

Pero nada de ello, hizo que Laura, al igual que muchas otras niñas y jóvenes apasionadas por el fútbol sala, perdiera su ilusión por este deporte, un deporte en el que pese a las mejoras siguen reivindicando condiciones laborales dignas de deportistas en competición nacional. “Como en casi todos los deportes, la diferencia entre chicos y chicas es notable, económicamente hablando y también en apoyo de instituciones, patrocinadores, medios de comunicación e incluso afición, pero que nadie dude que actualmente la parte femenina está trabajando muy duro para demostrar que nuestro nivel es igual de bueno que uno masculino. Y dentro de nuestro propio deporte también hay mucha diferencias. Cabe destacar que el año pasado, el Pescados Rubén Burela, instauró el primer convenio colectivo para sus jugadoras y eso es todo un ejemplo a seguir para todas y todos y un sueño para las que vienen detrás de poder tener esas condiciones idóneas de deportistas. Después hay una gran variedad, desde equipos en los que las condiciones son aceptables hasta quienes se tienen que pagar todo de su propio bolsillos pese a estar en competiciones nacionales”

Por lo que nos cuenta Laura es obvio que el fútbol sala femenino aún tiene mucho que mejorar para equipararse al masculino, pero las jugadoras, al menos, pueden estar seguras que cuentan con una asociación que trabaja duro para que esas diferencias sean cada vez menores.

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Autor entrada: Patricia Arizon Bails