18 AÑOS DE BOMBERA

CHUS TIL BOMBERA
No hay trabajos de hombres ni de mujeres. No hay aficiones de mujeres ni de hombres. Hay trabajos y hay aficiones o, al menos, así debería ser…


#Huesca (#sociedad).- Muchos niños quieren ser bomberos en su infancia llamados por el sonido de las sirenas y las escaleras de sus camiones sin embargo no es tan común que las niñas quieran dedicarse a esta profesión de riesgo. El caso de Chus Til rompe con un tópico que hoy puede no sorprender pero sí hace 18 años cuando ella aprobó su oposición y entró a formar parte del cuerpo de bomberos de Huesca. Aunque no fue una decisión tomada en su infancia, una vez que le entró el ‘gusanillo’ como ella lo describe, no se detuvo hasta conseguirlo. “Estaba haciendo cursos de profesor de socorrismo en el parque de bomberos de Zaragoza y un profesor era bombero y me entró el gusanillo. Entonces estaba estudiando magisterio infantil y decido dejarlo para prepárame oposiciones. Fue un año intenso pero como soy bastante cabezota conseguí aprobar aunque también es cierto que el factor suerte siempre existe en una oposición”, explica a noticiasenlacontienda.

En aquel momento ella y otra compañera se convirtieron en las dos únicas mujeres del cuerpo de bomberos de la ciudad de Huesca y aunque sí que hubo sorpresa asegura que siempre fueron aceptadas por sus compañeros. “Pudo haber sorpresa, igual que todavía la hay a fecha de hoy cuando acudo a alguna intervención pero siempre me he sentido muy bien aceptada. Como curiosidad decir que en aquel momento no había vestuarios de mujeres, se hicieron más tarde cuando lo marcó la ley, pero siempre se me ha respetado”.
En su familia también hubo aceptación. Su padre le ayudó a aprender oficios de la profesión, “al vivir en un pueblo -Callén- me resultó más fácil. Mi padre me enseñó a manejar ciertas herramientas aunque es cierto que había vecinos que se sorprendían”.  A su madre le costó un poco más. “Se pensaba que era un capricho y que se me iría, pero le demostré que fue un decisión que tomé a conciencia”.

Después de casi dos décadas, Chus se encuentra muy satisfecha de la decisión que tomó y se siente muy feliz con su profesión. “Lo que más me llena es poder ayudar a las personas que necesitan tu ayuda aunque a veces las cosas salen bien y otras no desgraciadamente. Los desenlaces negativos son los que más te marcan pero sabes que esta profesión es así. Cuando vas a una intervención y puedes ayudar a la gente que te necesita te compensa mucho”.

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Autor entrada: Patricia Arizon Bails