Hace un año que Caritas Huesca se unió a esta iniciativa nacional que va más allá de reciclar ropa.
#Huesca (#sociedad).- Caritas Huesca ha celebrado este viernes el primer aniversario de Moda-Re, iniciativa que consiste en reciclar ropa usada con la que se consigue reinsertar en el mercado laborar a personas en riesgo de exclusión social. Y hoy han querido sacar la tienda a la calle, concretamente a los Porches de Galicia de Huesca para concienciar sobre el comercio justo y el reciclaje. Para ello, además de diferentes stands con productos variados y un photocall, han contado con la animación musical de Emociones a la carta y Flipo.
Moda-Re consiste en reciclar ropa usada, esa ropa que depositamos en los contenedores de Caritas, concretamos 350 toneladas este año. Como dice Dalila Robayo, gerente de la empresa de inserción de Caritas Huesca, Carinsertas, todos somos Moda-Re. “Recibimos mucha ropa donada por la gente por los que todos formamos parte de este proyecto. Ahora, además de darnos su ropa usada, necesitamos también que vengan a comprar, tenemos productos de todo tipo para todos los públicos”. Las tiendas se encuentran en la plaza Unidad Nacional 12 de Huesca y en calle Ugarte,19 de Sariñena.
Concienciar
Con motivo de este aniversario, ha venido a Huesca la responsable de Comercio Justo de Caritas España, Ana Sancho, quien ha explicado a noticiasenlacontienda la importancia de concienciar. “Es muy importante que la gente sea consciente de la importancia de consumir productos dentro de lo que definimos como economía solidaria donde se encuentra comercio justo, productos sostenibles, productos ecológicos, de proximidad. Y Re-Moda es una iniciativa dentro de esa economía solidaria, productos reciclados, reutilizados con los que además se da trabajo a personas con problemas de reinserción laboral”.
Aunque el certificado de Comercio Justo es solo para aquel que viene de países subdesarrollados, hay otro tipo de productos de proximidad que podrían considerarse con sellos similares ya que cuentan con la misma base de sostenibilidad, priorizar en las personas o procedimiento ecológicos, entre otros. Y el precio, aunque un poco más elevado, es accesible para la mayoría. “Son productos un poco más caros pero no mucho ya que ahorramos en intermediarios. La diferencia en chocolate, por ejemplo, puede ser unos 30 céntimos. Pero tenemos garantías de que lo que compramos tiene mayor calidad alimentaria y además estamos contribuyendo a una cadena justa de reparto del dinero”.
Aunque al final son los ciudadanos los que tienen que optar por la economía solidaria en cualquiera de sus vertientes, las instituciones también tienen mucho que ver en este tema. De hecho, desde Caritas intentaron que todos los partidos también se implicaran en esta cuestión durante las últimas campañas. “Hay ciudades que están muy comprometidas como por ejemplo Zaragoza, Madrid o Bilbao, pero queremos que poco a poco sean más. Es cierto que en España llevamos 25 años de retraso respecto a otros países europeos, pero entro todos podemos mejorar”.
