No hay trabajos de hombres ni de mujeres. No hay aficiones de mujeres ni de hombres. Hay trabajos y hay aficiones o, al menos, así debería ser…
#Valencia (#deportes).- Mucho deportes pueden parecer cosas de chicos, más cuando se trata de modalidades de combate, por lo que intentar ser reconocida siendo mujer es un reto mucho más complicado que el de ser la mejor. Ese es el ejemplo de Andrea Carrillero, una turolense campeona de España de K1.
Andrea siempre ha vivido vinculada con deportes de lucha y artes marciales puesto que su padre es entrenador y tenía un gimnasio en Teruel pero a ella nunca le gustaron, más bien todo lo contrario. De niña hacía gimnasia rítmica y nunca pensó que acabaría con su padre como entrenador. “Solo de verlo me dolía la tripa, lo veía muy agresivo, y cuando me metí me di cuenta de que no es tan agresiva como yo podía pensar”. Sus inicios fueron hace cinco años cuando tenía 18 y aunque lo ha practicado de manera intermitente por lesiones, se ha convertido en su gran pasión pese a las muchas dificultades que sufre por ser mujer. “Por ser mujer tenemos muchas menos opciones que los hombres ya que me tengo que adaptar y aceptar combates en otras modalidades que no son las mía pero es lo único que puedes hacer. Sino solo puedes competir un par de veces al año. Y eso conlleva la dificultad de que cometas errores puesto a que las reglas no son las mismas en cada una de las modalidades”, denuncia.
Andrea se ve obligada a competir en diferentes modalidades aunque la que ella practica es muay thai que es como el kick boxing pero en el que vale todo menos el suelo. Pero la falta de contrincantes le obliga a realizar competiciones en kick boxing, boxeo y K1, siendo esta última en la que se proclamó campeona de España el pasado 10 de mayo en Guadalajara. Pese a haberse convertido en la número 1 de nuestro país, no se le están abriendo muchas puertas. “El tema de la selección nacional es complicado porque hay un entrenador que tiene que contar contigo y el de los patrocinadores siendo mujer también es muy complicado. Pero al menos, me sirve como motivación para seguir entrenando”, recalca.
Ser mujer y competir en un deporte de combate no es tarea fácil, pero a Andrea le puede la ilusión. Al principio todos decían que “no me pegaba este deporte”, pero con el tiempo y mucho esfuerzo ha ido mejorando hasta llegar a ser toda una campeona.
