El fútbol modesto también tiene sus recompensas. La de esta temporada del Graus es ser campeón de liga y volver a Primera Regional.
#Graus (#Huesca)(#deportes).- Mucho se habla de los equipos de la élite y poco del fútbol modesto. Demasiado poco si tenemos en cuenta el esfuerzo y sacrificio que las categorías inferiores suponen para los responsables de mantener el fútbol en los pueblos. Por eso hemos querido hablar con el capitán del Graus con motivo del ascenso que lograron el pasado domingo (Graus-2-1-Albelda) cuando todavía quedan cuatro jornadas para el final de la liga.
Ismael Bonache, de 29 años, es uno de los pocos supervivientes de otras etapas del club. Durante su carrera deportiva ha estado en Primera y Segunda Regional en diversas ocasiones y confía en que este ascenso sea el definitivo. “Graus, por población y por cantera futbolística, merece estar como poco en Primera Regional. Es verdad que ha habido temporadas que hemos tenido dificultades con jugadores estudiando fuera y eso se acaba notando, pero este año hemos hecho un gran bloque y confiamos en seguir así”.
El club ribagorzano ha logrado una holgada ventaja siendo un equipo muy regular. En estos momentos le separan 14 puntos del Albalate, segundo clasificado, y solo han perdido dos encuentros. Pese a eso, Ismael asegura que no ha sido tan fácil como pueda parecer. “Es verdad que teníamos un colchón muy bueno de puntos y muy mal se nos tendría que haber dado, pero últimamente hemos perdido dos partidos y también ha habido resultados muy ajustados. El mismo domingo cuando Albelda anotó su gol pasamos minutos de nervios”.
Tras la victoria llegó la celebración. Primero en el campo y en el vestuario. Después por las calles del pueblo, con visita a Joaquín Costa incluida, para terminar en los bares. “Fue una tarde bonita. Tuvimos la suerte de poder ascender en casa, con el campo lleno de gente. Espero que ahora que hemos ascendido los aficionados se sigan volcando y vengan los domingos al campo”.
El del domingo ha sido su tercer ascenso y de momento queda capitán para rato. Su ejemplo es uno más de los muchos futbolistas cuya remuneración es la satisfacción personal del logro conseguido. Fútbol en estado puro.
